¿Quién no sueña con viajar lejos de su ciudad para descubrir otros horizontes? Sin embargo, el vuelo puede durar decenas de horas, y sentarse en el avión sin poder admirar el paisaje puede ser muy doloroso. Para hacer frente a los vuelos de larga distancia, la preparación es esencial. Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a sobrellevar ese largo y prolongado viaje.

Elegir un asiento en el avión

¿Corredor o portilla? En un avión, el asiento está bien definido cuando se reserva el billete. Si prefiere estar más cerca de la ventana para disfrutar de la vista exterior y dormir contra la pared, es aconsejable reservar su asiento en el lado de la ventana.

Sin embargo, si prefiere levantarse a menudo para estirar las piernas, es mejor elegir un asiento de pasillo. Este último es el mejor asiento cuando se viaja en un vuelo de larga distancia. Si viaja con su familia y quiere tener asientos contiguos, elija los asientos traseros. Sin embargo, si tiene miedo a las turbulencias, no debería utilizar el asiento trasero.

Vístete con ropa ligera durante el vuelo

Ya no es necesario que lleves tus mejores galas en el avión. Hoy en día, un billete de avión está al alcance de cualquiera, su aspecto ya no impresiona a nadie. Debes pensar en tu comodidad por encima de todo. Lleve ropa ligera que le haga sentirse cómodo.

Teniendo esto en cuenta, es necesario saber cómo será la temperatura a bordo del avión. Durante un vuelo de larga distancia, la temperatura puede variar de un país a otro, así que recuerde llevar ropa de abrigo y de frío.

Accesorios para llevar

Para mejorar su comodidad en un avión, puede llevar algunos accesorios esenciales, especialmente si viaja de noche. En este sentido, para dormir mejor, lleva una almohada para el cuello y un antifaz para dormir.

Si quieres ver películas, saca tus auriculares personales, la calidad es mucho mejor que en los aviones. Por último, no olvide llevar dos botellas de agua, ya que aunque las bebidas se sirven gratuitamente en los aviones, puede resultar molesto tener que pedir siempre el servicio a un azafato o una azafata.